julio 24, 2005

Algo maquiavélico

El término “maquiavélico” como expresión de conducta tortuosa, interesada y cínica tiene su origen en un tratado político: “El príncipe” (1513) escrito por el historiador y filósofo político italiano Nicolás Maquiavelo.
Presentando sus teorías políticas en forma de consejo para un príncipe, Maquiavelo describe el método por el cual un gobernante puede adquirir y mantener el poder político, basado en la creencia de que un gobernante no debería verse limitado por la moral y la ética. Desde este punto de vista, el gobernante debería preocuparse solamente del poder, y sólo rodearse de aquellos que le garantizaran el éxito en sus actuaciones políticas.
Entre el Estado y príncipe, no se da una relación que indique que el príncipe beneficia a su Estado, sino que es al revés: es el Estado “que le es” útil al príncipe, y es el príncipe quien lo moldea. La justificación de los medios empleados para la consecución de los fines deseados otorgaba a la “razón de Estado”.
Así, “El príncipe” resulta ser uno de los más influyentes tratados en el posterior desarrollo de la teoría o ciencia política. Las palabras de Maquiavelo sobre habilidad política (amorales pero influyentes), convirtieron su nombre en un sinónimo de astucia y duplicidad.

“Son muchos los que han imaginado repúblicas y principados que nunca existieron ni se les ha conocido en realidad, porque hay tal distancia de cómo se vive a cómo debería vivirse que quien deja lo que se hace por lo que debería hacerse no hace más que aprender la ruina en vez de la salvación propia. Quien quiera obrar en todo como hombre bueno, necesariamente fracasará rodeado de malos, por lo que todo príncipe que desee conservar su autoridad aprenderá a poder ser no bueno y después usará o no usará ese hábito, según dicte la necesidad.
(…)
Entre todos los que mandan, el príncipe nuevo no puede evitar el ser tenido por cruel, porque sus territorios recién adquiridos están plagados de peligros. Ya lo decís Virgilio por boca de Dido:
Res dura, et regni novitas me talia cogunt moliri, et late fines custode tueri

El momento grave y la novedad del reino me obligan a usar tales medios y a defender mis confines.”


Imagen de http://www.focus.com.ar

1 comentario:

Anónimo dijo...

buena reseña.